Hazte viejo en tu Erasmus

En el cumpleaños de cada uno de vosotros, se celebra entre otras cosas el más que seguro orgasmo que tuvo vuestro padre y el no tan seguro orgasmo que tuvo vuestra madre.
Se celebra cómo uno entre millones y millones de espermatozoides ganaba la partida a células hermanas, pues todos somos ganadores, ya que todos alguna vez fuimos un espermatozoide que gano una carrera.
Se celebra también que todos alguna vez fuimos un ovulo suertudo, el cual no acabo en el desagüe de un WC y pudo agarrarse a la pared de un útero como se agarra el palomino a un calzoncillo.
Aquí en el Erasmus, se ha procurado que todos y cada uno de los cumpleaños sean especiales. Para ello, siempre ha girado en torno a los siguientes pilares: Una fiesta, donde el homenajeado tenga los pertinentes regalos, que nos reunamos todos los Erasmus posibles y que disfrutemos de una noche mágica.
El ejemplo más práctico de un cumpleaños de Erasmus, es el de la Administrazione (Ver enlace Mafia)
J.S. nunca imagino, que una inocente fiesta en su casa acabaría en una fiesta de cumpleaños inolvidable (por lo menos el comienzo, ya que una vez consultado al homenajeado al día siguiente, se recogía un testimonio de una gran laguna mental de las últimas horas de su cumple).
Amenizamos con algo de música la noche, distintos piscolabis para saciar el estomago rugiente de los presentes, espectaculares acrobacias con botellas por los camareros que invadieron la terraza, juegos como el ping-pong birra, un gran mural donde se ponían distintas dedicatorias y escardes, en definitiva un buen rollo entre los Erasmus.

Momento de apagar las luces y cantarle el cumpleaños feliz con una tarta llena de velas, y entregarle los regalos. Parece que se ha instaurado la liturgia de que sean tres obsequios: Algo personal que le caracterice (en este caso una miniatura de una bicicleta), algo que recoja la firma de los presentes (en este caso un tarjetón del Udinese) y algo erótico-festivo-escardante (en este caso un tanga en forma de ruleta rusa).
Al final los regalos son lo de menos, y la emoción de que se acuerden de ti, lejos de tu casa, de tu familia y amigos, es lo verdaderamente importante. Es cuando uno se da cuenta que en el Erasmus somos como una gran familia.

Cuenta la tradición, que una vez el cumpleañero es manteado, comienza la verdadera noche de locura y desenfreno típica de un cumpleañero Erasmus. Las birras del ping-pong eran el prologo de los cubatas de los camareros de la terraza que significaban el pistoletazo de salida de los chupitos del 3Jolie. Hay una especie de ley no escrita de 1erasmus=1chupito para el homenajeado, dependiendo del nivel de maldad, puede significar un chupito de fragola (algo light parecido a un zumito de fresa) o un leche de la suegra extra de tabasco (algo fuerte parecido a una paliza de veinte albanokosovares con palos llenos de pinchos directamente en tu estomago). Pequeños esfuerzos individuales producen un gran shock en el individuo en cuestión.

Este es un ejemplo entre tantos cumpleaños que se han celebrado aquí. Pero los ha habido de todas las maneras imaginables, fiestas sorpresas, muñecas hinchables, cenas intimas, eventos multitudinarios que salen en el periódico, ruletas rusas de chupitos, lagunas mentales a la mañana siguiente de tu propio cumpleaños… en definitiva, cumple años en tu Erasmus, es algo inolvidable.

PD: Siempre será inolvidable, pues a pesar de que el nivel de maldad de esa noche sea máximo, y todos los presentes te den un chupito leche de la suegra extra de tabasco, siempre encontraras a alguien (Posiblemente la Donna), que con una cámara de fotos haya inmortalizado todos y cada uno de los momentazos de la noche.


Visualización de como quedo el cuerpo de J.S.